Retomo una “actividad” dentro del blog, esa que hacía sobre cómo veía que podrían ser las cosas para el año que estaba por llegar.
Aunque es raro, las presentes líneas me traen un poco de comentarios internos encontrados en especial sobre el mundillo friki venezolano; si bien parece que el 2015 fue un año en donde hubo giros argumentales que pueden tener significado así como notorias implicaciones que podrían repercutir para los próximos 365 días.
No es para menos, desde los planes de expansión de varios saraos, el crecimiento de otros, los efectos bumerán de las demandas así como todos esos asuntos de varados en el centro norte de la ciudad jardín de Venezuela, todo parece que finalmente hay una tendencia que podría encaminarse a algo más y quién sabe si posiblemente se convierta en algo que implique, el esperado, cambio para mejor.
Aunque, por otro lado, dudo mucho que se vea, finalmente, ese horizonte; honestamente vivo con el miedo a pesar de mi distanciamiento, de que se vuelvan a ver los grupos con la misma notoriedad de sus días o quien quita si tengan más que en días pasados, que lo poco que se haya logrado se vaya a perder, por algún conflicto con claros tintes de disputa entre caudillos. Aunque la mentada guerra de convenciones, como dije en anterioridad, puede que jamás vuelva, lo mejor será tener algo de temor latente para poder afrontar los momentos oscuros.
Pero me atrevo a decir que 2016 no pinta muy bien, de hecho puede considerarse como un año de cambios y de los que son del tipo agitado, puede que asistir a esas pequeñas reuniones entre amigos se vuelvan una odisea para tu bolsillo, ya que las cosas no pintan bien para el malvado mundo real y ese asunto de la economía. Lo único seguro en todo esto es que los alquileres de los locales nuevamente subirán por los cielos y mientras no se piense en diversificar el mercado así como lo que una vez fue la innovación mejor recibida, cierta página criolla con nombre de asociación criminal japonesa, a mi parecer ya comienza a oler un poco a estancamiento y mientras menos se acerquen a su competencia, mejor.
En lo personal, espero que finalmente se le dé sepultura al zombi de la peor convención que se hace en nuestro país, que en estos tiempos turbios que se nos aproximan puedan servir, al menos de algo. Quizás no para enmendar el enorme entuerto que se tiene encima, ya que aún se siguen pagando por los platos rotos dejados.
Y con esto texto, me atrevo a decir que inicio una nueva etapa en esta sección.