El tercer mes del año y otros cuentos.

Marzo, marcó mi segundo mes en la empresa en la que me encuentro trabajando (al momento en que escribo esto) a  pesar de todo lo que ha pasado dentro de la misma y mis errores en un puesto en el cual estoy tomando el truco. No es un mal sitio de trabajo, pero parece que esa voz que me dice de no tomar aprecio por los compañeros sigue ahí, ya que con la situación país simplemente no se sabe cuándo a alguno le toca abandonar el barco.

Y hablando de la situación de la cuna de libertadores, regresaron los apagones. Por mucho que diga el bigote que dice llevar la banda presidencial ese discurso gastado que es un sabotaje; la realidad es otra. Ciertamente, todo el dinero que se han estado robando “en nombre del pueblo” se pudo haber usado para, no sé, mejorar un servicio o mejor aún, privatizarlo y quitarle atribuciones a un gobierno que ya está metido en muchos aspectos de la vida cotidiana del venezolano y lo que ha hecho es entorpecerla.

No estamos en el mejor momento, de hecho la desesperación de salir de esta pesadilla es latente. Llegando al punto en que se ve en la gente, en su comportamiento, en sus temas de conversación, en la forma en que están afrontando los apagones, en la falta de comida, medicina, en lo poco que les alcanza el sueldo que están ganando en sus empleos y si es que tienen esa suerte.  Creo que así no debe ser un ejemplo a seguir, tanto como proclamaban ciertos socialistas españoles cuando la mortadela sideral estaba viva.

Pero la pregunta que me hago ¿Hasta cuándo vamos a aguantar? Creo que hace tiempo debimos habernos alzado, pero sin armas y con apenas entrenamiento y comida no se puede hacer mucho. Salir a protestar es un acto si bien de rebeldía, también es un acto descuidado.

See Your Space Cowboy

¿Nos pueden dejar tranquilos un momento?

El presente mar de letras, el cual hago con intenciones de que llegue a algo más de las mil palabras, tiene una interesante pregunta de título y esa pregunta es una de las tantas que los ciudadanos le deberíamos hacer a los políticos, en especial a esos que se creen entes sin maldad alguna y que creen las ideas Marxistas y en la variación llamada socialdemocracia. Creo que es una pregunta válida y que es tiempo que no se quede conmigo, sino que buena parte de los venezolanos se las haga.

Pero ¿A qué me refiero con esto de que nos dejen tranquilos? Simple, que no se sientan con la autoridad moral de decirnos que debemos comer, hacer y con quienes debemos comerciar; digo, ya es bastante molesto con buena parte de sus ingresos salgan de nuestros bolsillos con esto de los impuestos y más recientemente todos los mecanismos que anda usando el gobierno actual con esto del carnet de la patria y todas la controversia que eso trae.

De hecho ¿No queda demostrado que los mentados controles de cambio y de precios han sido malas ideas llevadas a cabo? Para mejorar un poco la economía nacional no se necesita controles, ya que mientras más controles y más cuellos de botellas aparecen los actos de corrupción más desalmados que hay. De hecho, la acción humana y el libre mercado son los mejores canales humanitarios que existen y lejos de ser salvajes, se basan en el principio de la colaboración voluntaria.

Señores, sus ideas son las que llevaron al país al presente predicamento. De hecho, han creado una generación de personas que creen que pueden vivir del gobierno, pero la realidad es otra y es que el gobierno vive de esa gente tanto del dinero que saca de sus bolsillos como de los votos que siempre sacan y no precisamente de forma democrática. De hecho, no es de extrañar que se vean espectáculos decadentes como el que hubo en la ciudad de Valencia con unos juguetes y pare usted de contar los miles de ejemplos de lo que han convertido a la gente.

Lejos de crear una sociedad menos diferente entre unos y otros, han hecho todo lo contrario. Las diferencias entre los burócratas del gobierno y los ciudadanos son abismales, mientras unos van a los grandes centros comerciales en el extranjero, usando la moneda que más odian (el dólar) o los euros, buena parte de los venezolanos nos estamos comiendo un cable. Pero bueno, para muchos esto es lo mejor que le ha pasado al país, aunque no tiene idea de todas las cosas que ha estado perdiendo en nombre de una supuesta “dignidad regresada”. Ya saben que esos discursos cursis revolucionarios tienen mucho gancho con los venezolanos, ya que le llegan a los instintos más básicos, es que la envidia y el odio son sentimientos bastante fuertes y que son la base de las ideas de Marx.

Así que, la reforma que necesita el país pasa por esa pregunta que le da título a estas líneas ¿Qué les cuesta dejarnos tranquilos? Ya hacemos suficiente con mantenerlos a costa de buena parte de nuestros ingresos, pero como buenos vampiros, siempre van a querer más. Pero quiero creer que esto debe estar cerca del final, que tanto unos como otros comprenden muy bien que tienen sus días contados con estos shows que han estado montando con este asunto de los diálogos.

De hecho, es bastante irónico, que ahora la misma Inquisición revolucionaria se encuentra pasando factura a los mismos que una vez la defendían. De hecho, se está tornando en un tema bastante interesante y es que los mismos marxistas son los primeros que van detrás de sus propios correligionarios cuando el barco comienza a hundirse; pero también es momento en que se debe demostrar que la gente no es tan tonta en el asunto de mantenerse con vida.

No necesitamos de un burócrata que nos diga que es lo mejor para nosotros ni mucho menos todo lo referente a las ideas que cada persona debe tener en la cabeza, de hecho estamos viendo las últimas consecuencias de dejar todo en manos de un tercero y el panorama lejos de estar claro, sigue un tanto oscuro. Pero hay que tener fe, la gente sigue molesta aunque buena parte aún cree en la segunda independencia fue un remedio peor que la enfermedad pero ¿Cómo es posible que aún apoyen al desastre? La verdad, escapa de mis manos.

Los políticos deben dejar de ser parásitos de la sociedad, así de simple, dejarnos tranquilos y respetar algunos derechos naturales como lo son la propiedad, la vida y nuestra búsqueda de la felicidad. No es un concepto complicado de entender, de hecho, ha sido esa premisa lo que permitió el desarrollo de naciones tan dispares como Singapur, pasando por Nueva Zelanda y hasta España (que no anda muy bien recientemente). De hecho, algunos de esos países que mencioné también tuvieron gobiernos de gran tamaño que llevaron a la ruina a la sociedad y que limitándose en funciones, dejando a la gente tranquila fueron un ejemplo a seguir hoy.

Que nos dejen tranquilos implica, aunque a unos les cueste comprenderlo, tiene una repercusión en la prosperidad de una nación y que un gobierno con dos funciones definidas (seguridad y justicia) y manteniéndose alejado de los bolsillos de la gente puede llegar a ser un lugar en el mundo bastante diferente a lo que es hoy la cuna de libertadores. A mayor libertad de los ciudadanos de una nación, mayor será la prosperidad que tendrá esa nación; debo admitir que es un concepto un tanto complicado de comprender para unos cuantos, pero vamos, no sabemos de lo que somos capaces de hacer si no lo intentamos. Es decir, no sabemos  que nos puede ofrecer el capitalismo si no lo dejamos funcionar sin restricciones.

Los peores desastres y tragedias ecológicas en Venezuela las hemos vivido con el socialismo ¿Alguien se acuerda de los derrames petroleros en el oriente del país o las tragedias en las refinerías? Bueno, que yo recuerde eso sucedieron durante la revolución y no hay culpables algunos que hayan dado la cara.

 

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