Hace algún tiempo estuve hablando con un buen amigo, a pesar de que ahora esta persona ya no se encuentra en la patria, pero me dijo algo que si bien no me parecía tema desconocido, primeramente ya alguien había escrito sobre el tema y compartía con mi amigo esa marcada pasión con el anime, algo que me pasó a mi hace tiempo, aunque si bien las reseñas amargadas dicen otra cosa, las hago para más que todo tener algo que hacer los domingos.
Pero creo que para esta altura del campeonato, saturarse de lo que tiene que ofrecer la industria de animación japonesa debe ser más sencillo que en días pasados pero creo que es mi turno de contar de cómo me saturé del mundillo. Creo que en después de varios maratones de series y de varios intercambios de opiniones sobre cómo el mundillo era manejado, estuve un tiempo alejado del anime, me acerqué más al manga y eventualmente me tocó regresar con una visión diferente, considerando que el entorno había cambiado un poco.
Simplemente no quería que me metieran en el mismo saco de aquellos, aunque considerando algunas cosas, tampoco es que me agrade mucho el mundillo tal cual anda ahora; básicamente me agrada ser el amargado que da sus opiniones esperando que alguien las lea. Pero creo que cada persona tiene su aguante, aunque eventualmente te vas a agotar de esos personajes considerados dentro de sus historias como el caballo perdedor pero que no son otra cosa que personajes perfectos, te aburres de los cabellos de colores, los prolongados discursos sobre la amistad y el trabajo en equipo así como los peinados donde una aspiradora está involucrada quieres ver otras cosas.
Pero al panorama actual hay que meterle esas historias de un grupo de personas encerradas en un mundo alterno, generalmente un videojuego masivo, donde no solo es importante salir sino también verse bien en el proceso. Aunque hay un número creciente de personas consumiendo más de una vez ese tipo de historias, llegando a ser un género que está opacando a sus hermanos en cantidad de series en la programación. Honestamente, así cualquiera se agota, quizás ya no tanto por la interacción entre sus pares, sino por lo que tiene que ofrecer la industria.
Si quieren una recomendación, si están cerca de esa etapa de estar saturado de lo que ofrece la industria en el plano de la animación, no es mal momento para darse una vuelta por esas series poco conocidas y por el material original, quizás no solo apreciar lo que se hace en la nación del sushi en cuanto a historias contadas con dibujos.