Apu: El Valiente Bengalí


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No: este no será uno de esos inteligentes y bien planteados artículos llenos de elocuencia sobre cómo la remoción del personaje de Apu de Los Simpsons es símbolo de lo frágil que es la generación millenial o cómo todo es más «políticamente correcto» en estos días porque de esos ya a estas alturas debe haber miles en toda clase de rincones en la Internet y a pesar de todo tengo una vida para no perder mi tiempo despotricando por temas sin importancia.

Al menos hasta que me paguen por ello.

Quisiera ir más allá de los puntos obvios y del sensacionalismo mediático de personas que no se interesaban por el show de la familia amarilla pero de pronto se sienten agredidos porque alguien quiere cambiar algo en un programa que lleva casi 30 años al aire (algunos dirían, 15 años de más, como en mi caso, pero esa es otra conversación trillada).

Así que, repasemos: se quitará a un personaje por ser considerado un estereotipo fechado y racista. ¿Lo es en realidad? Es difícil decirlo: mi primer instinto sería responder con un «no», y señalar que en Los Simpsons, todos son un estereotipo en mayor o menor medida.

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Arriba: una fiel representación del campesino estadounidense promedio.

Pero también sería intelectualmente deshonesto decir que no entiendo el por qué alguien como  Hari Kondabolu (el hombre detrás del documental El Problema Con Apu y que ha sido quién ha llevado esta conversación al centro del panorama de la cultura pop moderna en los últimos meses) pensaría que sí. Y ya que andamos en eso, a diferencia de otras personas, de hecho me tomé la molestia en ver su trabajo para no sólo saltar a conclusiones mal fundadas sobre el asunto (no por medios precisamente legítimos, pero estoy seguro que los Dioses del Internet me perdonarán).

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Mi Internet.

En él, se entrevista a varias figuras importantes de la comunidad india-estadounidense sobre sus impresiones del personaje del show de Matt Groenning y el cómo ha influenciado (para bien y para mal) el hecho de tenerlo como la principal figura representativa de la ficción de su cultura y de su experiencia. Y a diferencia de lo que podría pensarse, no es tan irracional o sensacionalista como la manía en las redes sociales lo ha hecho querido sonar, empezando con el hecho que Kondabolu en persona admite que es un fanático del programa y que el problema que tiene con Apu no destruye su amor por lo que en otras circunstancias considera una obra estupenda (en un asunto aparte, vean la reacción de la estrella de Harold & Kumar, Kal Penn para ver a alguien que de verdad expresa ODIO por esta).

Y aunque como mencioné anteriormente, Los Simpsons tiene personajes que son sátiras o parodias de casi todo grupo social, racial o ideológico posible, bueno, hasta en los perros hay razas, y hasta en ellas hay diferencias: Krusty, por ejemplo, podría ser visto como un estereotipo de los judíos en el negocio del entretenimiento, pero lo que lo hace diferente es que detrás de él, hay personas que de hecho tienen un trasfondo judío para poder hacer mofa o parodiar temas acerca de su propia cultura.

Apu, por otro lado, es un personaje creado por escritores ajenos a la cultura que se trata de representar; de modo similar, en casi todo país de las Américas, existen chistes sobre cómo México, o Venezuela, Colombia, Honduras, Argentina o de cualquier nación desde que lean estas palabras es corrupta, un poco como método para lidiar con realidades duras de las patrias en las que nos toco vivir. Pero no es lo mismo ver a un compatriota hacerlas que digamos, a un extranjero, incluso si están diciendo exactamente el mismo comentario: de alguien de tierras diferentes a nosotros, una burla a nuestros países no se siente tanto como una sátira sino como una agresión, incluso si ese no fuese el objetivo. ¿Un chileno burlándose de un argentino? ¡Oh sí! ¡Eso calará muy bien entre los pibes!

Apu como personaje ha sido protagonista de algunos de los momentos más memorables de su show; aquel en el que muestra el lado duro de medidas anti-inmigrantes y se ve en la necesidad de tomar la prueba de ciudadanía para no ser expulsado del país, la boda con Manjula, el nacimiento de los octuples, e incontables frases que han alcanzado casi estado de memes entre el fandom (Nuestros problemas se acabaron, tenemos pastel de plátano / Gracias, vuelva prontos / Al final sentí que era una especie de colibrí)

Desde ese punto de vista, lo admito: la idea de verlo irse me duele, inclusive si yo mismo reconozco que no sigo esta comedia como en otros tiempos en los que era una tradición estar en casa en noche de episodio nuevo ; ha circulado una imagen de Homero diciendo a Apu una de las frases de uno de sus capítulos, «¿Sabes qué Apu? Te voy a extrañar mucho, mucho de verdad», y con esta controversia ha adquirido un significado bastante deprimente.

Habiendo dicho eso, les presento una pequeña ilustración que encontré en Facebook

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Nuevo lema sugerido para Facebook: «miren, al menos no somos Twitter».

Seee… si quieres dar a entender que cierto personaje no es insultante, imágenes como la de arriba no son precisamente el mejor modo de presentar tu punto.  Y es que a veces, cuando uno toma una decisión, la de apoyar un lado dentro de una discusión, se debe ver bien el lado del que se está tomando parte, y aunque, otra vez, no siento que sea una caricatura particularmente racista o dañina, ver comentarios de miles de fans del programa que básicamente se reducen a «¡APU NO ES RACISTA, INDIO DE MIERDA!», llevan a uno a replantearse una que otra decisión tomada. Es como gritarle a un niño para que no grite, o si de pronto me llegara un comentario diciendo «El Hombre Abejorro no es racista, pinche mexinarco salta-muros» o «Krusty no es anti-semita, judío mata-cristo asqueroso» (es lo bonito de padres de orígenes diferentes: te pueden insultar desde dos frentes). Y lo sé: así es el Internet, los comentarios racistas están a un bolivar devaluado, pero sólo porque ese sea el caso no necesariamente significa que sea algo bueno que tengamos que aceptar; todos vamos a morir, ¿qué caso tiene la vida entonces?

Pero dejemos a lado los pensamientos suicidas y/o nihilistas por un momento y regresemos al tema central, y es que estamos ante un poco un problema que no tiene solución fácil. Si Los Simpsons hubieran sido un programa de una duración más normal, quizá veríamos a sus problemas como meramente fruto de su tiempo, nos encogeríamos de hombros y seguiríamos con nuestras vidas. Pero este es un caso anormal dado que, fuera de Doctor Who o programas de noticias o de sketches, no hay muchos antecedentes de algo que haya durado como la obra de Matt Groenning ha durado. ¿Y qué se puede hacer? Es como diría un brillante pensador de nuestros tiempos, «malo si lo haces y malo si no lo haces»; reten a Apu en la serie, y más voces pueden añadirse a las críticas ya presentadas por el señor Kondabolu; el quitarlo, por otro lado, también se siente mal: quitar un personaje de un grupo que todavía no tiene la más justa de las representaciones en los medios no cala de todo bien si lo pensamos con detenimiento. ¿Meter más escritores de su mismo origen para sentir una base fundamentada en el humor que se haga a partir de ahora con él? Podría ser; no hay garantía de que funcionase pero pudo haberse intentado.

Y en todo caso, faltaría ver cómo hubieran reaccionado la audiencia ante tales escenarios, del cual ya estamos viendo uno, y entre los acosos, difusión de sus redes sociales, insultos raciales y demás, no puedo evitar pensar que estos «fans» de una de las comedias más inteligentes, brillantes, hilarantes y hasta conmovedoras de la televisión de todos los tiempos no merecen ser fans de este show, y para quejarse sobre lo «frágiles» que son los jóvenes de ahora, están haciendo un gran escándalo por un programa que ni siquiera tenían interés ya desde década y media.

En pocas palabras: tremendos snowflakes. O parafraseando a otro gran pensador, «¡MALDITOS FANS DE LOS SIMPSONS! ¡ARRUINARON EL FANDOM DE LOS SIMPSON!»

Y no es tampoco como si el racismo no es una preocupación real, o algo que se hubiera solucionado en el pasado reciente y el traerlo de vuelta a la conversación es como recordar los tiempos antes de las vacunas contra la polio. ¿Han visto las noticias sobre EEUU? Al momento de escribir estas letras, un demente hace poco abrió fuego contra una sinagoga gritando «Todos los judíos deben morir».

Y lo sé: es una problemática muy estadounidense por la combinación de leyes de armas tan laxas que hacen el adquirir dispositivos para matar tan fácil como comprar caramelos y un presidente de retórica populista e incendiaria que saca lo peor de muchos de sus seguidores, pero al ver los súper razonables, sensatos y bien pensados comentarios de los fans de Los Simpsons de nuestras latitudes, el tema es mucho más cercano de lo que nos gustaría pensar.

Al final, el problema no es tanto Apu, sino todos nosotros, o bueno, no sé si el problema, pero «un problema».

shya

«Ese giro es más grueso que el de la resurrección de mi carrera».

Shalom camaradas.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

2 respuestas a “Apu: El Valiente Bengalí

  1. José Figueroa 29/10/2018 / 3:01 PM

    El problema radica mas que nada en como vemos que lentamente todo es ofensivo.

    • anthonytesla 29/10/2018 / 3:08 PM

      Mira, creo yo que podemos tener una discusión completamente civilizada sobre si esto o aquello es ofensivo o no, lo que no me gusta es la ironía de usar insultos y amenazas porque alguien dice aquello; a un nivel personal, yo lo dije, no creo que Apu debería salir del show, pero es difícil defender esa posición cuándo muchos otros dicen cosas que, bueno, ya muchos las vieron en Internet.

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