Esa (falsa) conversación.

Transcribo la presente conversación entre tres personajes, dos capitalinos y uno del centro de la nación, considerados como eminencias del mundillo, autoridades dentro del mismo; esta conversación se llevó en una cafetería (como era de esperar) en territorio neutral para las partes.

Guerrero urbano.

Con la salida de los grupos, yo llegué a pensar que las cosas iban a mejorar. Pero todo se redujo a lo que había cuando comenzó el asunto, a los confines de las ciudades donde habitaba el mundillo; pero debo decir que me tomó por sorpresa el hecho que hasta la peor festividad de la capital ya no me consideró como persona no grata cuando cambiaron de administración.

Delta Volador.

Yo lo escribí en mi blog y no me cansaba de repetirlo a quien me pedía mi opinión del asunto. La solución era sencilla, buscar un líder, no importaba si estaba escondido fuera de la capital. Con un líder, el mundillo estaría en una mejor condición en este momento, pero eso lo sabían los profetas del caos. Lo peor del asunto, es que me tildaron de uno y de hasta cosas peores cuando decidí cerrar mi blog.

El observador.

Si todos se hubieran dedicado a apoyar mi proyecto, otro gallo estaría cantando ahora. Pero como les gustaba criticarlo con fervor así como compararlo con otros mejor establecidos allá en la capital. Simplemente no podía pisar su ciudad, porque ustedes mismos me sumaban a un lote de altaneros con quienes, en muchas ocasiones, ni sabía quiénes eran.

Guerrero urbano.

Las críticas eran necesarias y las comparaciones eran inevitables, viejo amigo.  Si hubieras sido inteligente y saber tomarlas, pues tu proyecto no estaría tan olvidado como lo está ahora; pero déjame recordarte que en los últimos años de tu proyecto, lo abandonaste y te fuiste con la competencia ¿Qué tienes que decir al respecto?

El observador.

Que fui el primero en que sentó las bases del mundillo. La influencia de mi proyecto llegó a la capital, les guste o no admitirlo.  Toda la idea de grupos trabajando por la afición es derivada de mi proyecto, una gran comunidad virtual en donde intercambiar ideas, comentarios, opiniones quien implementó todo eso fui yo.

Delta volador.

Pero parecía que allá dentro quien tenía la última palabra de todo eras tú, observador. Si los grupos, especialmente en la capital, te eran adversos era por el hecho que ya estaban medianamente al tanto de cómo estaban las cosas por allá. Mira que cerrar temas en tu propio portal web y mandar censores por los blogs de diferentes personas,  eso decía mucho de tu postura. Aunque lo mismo se puede decir del Guerrero Urbano, quien mandaba a sus acólitos a las reuniones de los grupos.

Guerrero urbano.

¡Yo no soy mercenario de nadie! Yo solamente quería información de primera mano, tu vieja agrupación también tenía cola que le pisaban, esas leyendas urbanas alrededor de la misma y su comportamiento que tuvieron en muchas ocasiones. Además, si a la gente le gustaba mi contenido, sin importar que tu vieja agrupación estuviera o no en el ojo del huracán.

El Observador.

Y por esa misma razón, esas rencillas tan grandes es que yo nunca me animé plenamente en llegar a la capital. Tú, Delta Volador, estabas hablando de un líder, el mundillo me tuvo como líder y lo que hicieron ustedes dos fue lamentable. De haber sabido que solo asistían a mi evento por mera cortesía y no como compromiso con el mundillo, no los hubiera dejado entrar. Y tu Guerrero urbano, tu línea editorial siempre fue a favor de un lado así como si había pases de prensa para ti y tus acólitos, la opinión del festival era positiva.

Delta Volador.

Recuerda una cosa, Observador ¿Quién asistió y te llenó esa fiesta que hiciste en el occidente del país y la vendió como la que iba a destronar a la fiesta friki más grande de la nación? Fue mi vieja agrupación y, sin que me quede nada por dentro, eso fue un gran error de parte del grupo. Ya que, nunca regresó de esa visita. Y amigo Guerrero urbano, tus acólitos e incluso tú mismo se ganaron esa mala fama, no solo con las reseñas a petición, los pases de prensa entregados a discreción y esa autoridad que tenías para pontificar sobre lo que  pasaba en el mundillo. Quizás por eso, muchos te apoyaron mucho cuando te prohibieron la entrada a la peor fiesta capitalina, pero cuando llegó el reemplazo del alud y te hicieron lo mismo, simplemente la gente no te escuchó.

Los presentes decidieron calmarse un poco.

Guerrero urbano.

¿Alguna vez pensaron que el mundillo seguiría adelante?

Delta Volador

Yo creo que sigue estando en una situación precaria, sin importar quien o quienes estuvieran pidiendo que se le unan a su propuesta. Pero yo mantengo un punto, considero que algunas de nuestras ideas estaban por caducar en algún punto cuando nos arriesgáramos en sacarlas a flote.

El Observador.

Quizás, solo quizás si en el momento nuestros proyectos hubieran trabajado juntos desde un comienzo, la historia sería diferente. Aunque creo que ya es tarde para eso.