Intenciones originales.


Originalmente quería hacer uno de mis intentos de artículos en la tribuna del amargado, pero me pareció mejor buscar otro asunto al que dedicarle unas líneas. Y por eso ando por esta parte de mi blog, pero la pregunta que tengo rondando en mi cabeza es la misma ¿Sobre qué asunto escribir? Ya que tampoco creo que pueda reunir unas quinientas palabras para dar mi opinión sobre lo que anda pasando en la cuna de libertadores recientemente. La distorsión se encuentra a la orden del día, así hay que decirlo, ya que hay unos detalles internos que lo mejor que pueden hacer los del régimen es el asunto de ocultarlo, que la gente se ponga a ver otro asunto y por mucho que les duela a unos cuantos, para eso anda el asunto de las elecciones.

Podemos alegar todo lo que quieran sobre la gran candidata, ya que anda agitando una que otra cosa, el problema de fondo apenas se verá comprometido; no nos hagamos los tontos y es que el asunto de fondo aquí no es otra cosa que un problema cultural, ya que ese mismo asunto fue el que hizo posible la llegada del régimen actual, así como el hecho que es lo que lo ha estado manteniendo vivo más allá de los apoyos internacionales que tiene. Pero por mucho que se diga que la gente le dejó de creer al régimen, siguen allí a pesar de todas las noticias falsas que andan haciendo circular.

Las noticias falsas no ocultan el problema con la luz, los empleos mal pagados, la migración forzada, los servicios públicos que no sirven y creo que ya quedó claro que el sistema educativo criollo no ha dado los mejores resultados. Pero ¿Qué podemos hacer como sociedad? Es una de esas preguntas que cada persona que se quedó en la cuna de libertadores debe hacerse; hay mucho que decir, ciertamente, este problema es uno que se ya se está convirtiendo en uno que se está saliendo de las fronteras venezolanas y ¿Se podrá repetir las condiciones para darle un cierre definitivo a todo esto? Lo que puedo decir es que esto no parece un año electoral, así de simple.

Me quedan alrededor de unas ciento cincuenta palabras para darle cierre a este asunto, el publicista indirecto de la festividad friki insuperable pareciera que hoy no tiene mucho que decir, lo mismo sucede con algunos de sus viejos ahijados. Todos ellos, me arriesgo a decir, que siguen deambulando por la capital y sus saraos frikis criollos o al menos, eso creo; pero han perdido relevancia y no han querido admitirlo, se acerca agosto nuevamente y debo dar a conocer la lista a la que he estado haciendo publicidad desde hace algún rato. Pero a todas estas ¿valdrá la pena publicarla? Me pregunto, en vista que el horizonte me indica que hay cosas más importantes por las cuales preocuparse, de momento se puede decir que cuando llegue agosto se confirmará que el mundillo criollo todo el asunto de los saraos nacionales ya es cosa del pasado.

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