Inaugurando la nueva etapa y el 2016


Todo indica que el 2015 fue el año del evento que comenzó humildemente hasta convertirse en lo que podría ser el evento emblema del estado. Me atrevo a decir que su última entrega dejo opacada a la competencia e incluso a otro tipo de reuniones, como la mini feria del libro que se celebraba el mismo fin de semana.

Aunque, al menos personalmente, no creo que todo pueda ser un lecho de rosas, el día sábado pasé tanto por la mini feria del libro como por la entrada del AS, si bien me dio algo de molestia ver vacía la feria del libro aunque comprendiendo que el bolsillo del venezolano no estaba para libros, que el centro de la ciudad jardín es peligroso con ganas y que posiblemente sea un problema de convocatoria que deben resolver esta gente no dejo de preguntarme ¿Cómo le fue a ese evento que se vio crecido?

Ese día que pasé por las instalaciones donde se llevaba a cabo y que vi una pronunciada fila para comprar las entradas, comenzaron a fluir mis ideas. En el presente mar de letras no pretendo ponerme con una postura de criticar el hecho que en un evento hubo más asistencia que en otro, siendo la mini feria del libro de entrada gratuita lo que lo haría más atractiva y de paso debo admitir que su público es otro así como el hecho que cada quien hace con su dinero lo que quiere ¿Dónde están esas palabras que dicen unos sobre un evento que debe realizarse anualmente?

Considerando que se volvió rutina que los cajeros automáticos de los centros comerciales venezolanos se quedan sin efectivo los fines de semana, que la administración de un centro comercial puede hablar maravillas de los responsables del evento siempre y cuando la asistencia deje algo en la feria de comida ¿Quién soy yo para criticar?

Con respecto al argumento de unos sobre eventos anuales ¿Qué pasó con esa idea? ¿Queda alguno de sus defensores o sucumbieron a los encantos de los pases de cortesía y a espacios cedidos en los cronogramas? Ya que, como espero comentar en el futuro, nadie quiere hablar de lo malo.

Y por primera vez, me quiero poner de lado de los profetas del caos ¿Se han preguntado si un día cualquier evento anime que comenzó humildemente tuviese el mismo destino que el Waterloo del Osecon? Y para entender eso, no hay que ir muy lejos o apelar por locas teorías. Ese Waterloo es el mejor ejemplo de lo que tempranamente le sucede a este tipo de reuniones en nuestro país. La sobreexposición.

No importa cuántos patrocinadores lleguen o se vayan, que tal mal o bien te manejes con la crítica eventualmente va a llegar un momento que, por alguna razón, la gente no asistirá más. Así como en algún momento se va a dar un inconveniente que no van a poder manejar y que ese será lo que iniciará su declive. Pero ¿Cuándo sucederá eso? Considerando que nadie habla de lo malo, que han sabido manejar su éxito, posiblemente no será dentro de poco.

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