La mejor excusa contra las opiniones

Admito que debería estar escribiendo otra cosa en vez de esto, aunque creo que de un momento a otro algo similar a estas líneas iban a aparecer. Pero lo que me sorprende es el hecho que, después de un buen rato, me animo a dedicarle unas palabras a la joya de la corona siendo una festividad friki de mi región a la en que en su momento dije que no lo iba a hacer, pero aquí ando en esos derroteros. Pero ha pasado el tiempo y lo que hace una revisión de una vieja página sin quererlo te muestra una que otra cosa sobre lo que fue el mundillo criollo en su variante regional.

La excusa que siempre usaron los del magno evento fue “esto es un evento para fans y por fans”, así que cualquier persona que no le rindiese buenos comentarios iba a ser lapidado, defenestrado y hasta considerado como una amenaza que debía ser silenciada. Siempre venía de la mano con “tú nunca has hecho una festividad, no eres quien para criticarnos” y ya unos deben de saber cómo terminó todo aquello. Pero nunca pensé que la joya de la corona en el estado Aragua, la que se había sentado en el trono de ser la única festividad en la región iba a recurrir a la primera de las, digamos, argumentaciones.

Pero, considerando lo poco que sé de la joya de la corona y de su primera etapa, no me extraña que haya tomado ese sendero. Siempre lo he pensado, que hay muchos matices en común entre la joya de la corona con el Waterloo criollo, donde uno fracasó sin remedio pues el otro supo acertar bastante mejor ¿Pero a qué se debió eso? En lo personal, considero que tiene que ver, no mucho, con el manejo de algo más que sus redes sociales, así como todo lo referente a la publicidad que se tenía de la misma y la gente que le ayudó a construirla.

La publicidad gratis para una festividad friki, aunque no tenga costo alguno, al menos personalmente creo, que tiene un efecto bumerán. De un momento a otro, esa gente que te deja buenas reseñas en redes sociales o en rincones del internet como el presente se pueden tornar en contra del organizador en poco tiempo; se vio con el Waterloo capitalino y hasta con la misma insuperable en sus últimos años de estadía en la cuna de libertadores. En caso de que sean ciertos algunos asuntos, digamos menores, sobre la joya de la corona algo me dice que antes del cambio de administración trataron de silenciar ciertas opiniones y cuentos de camino.

Si el tiempo, así como las ganancias hubiesen sido otras yo me atrevo a decir que los puntos en común entre las dos festividades fuesen una cosa un tanto borroso, en donde la estreches fuese lo normal. Algunas opiniones sobre la joya de la corona que llegaron desde ciertos portales web no me las creí en su momento y mucho menos ahora, considerando las cosas aguas abajo que se llegaron a conocer.

Una pausa.

Las presentes palabras las escribo para hacer una pausa en relación con el tema político, mira que cuando no han terminado uno de comprender un poco todo lo relacionado con el asunto del circo electoral, aparecen un asunto que se aleja del tema del que siempre ando escribiendo en esta sección de mi rincón en la red de redes. Creo que es un asunto más relacionado con el tema personal que con el acontecer político venezolano; aunque creo que me toca comentar una serie de cosas más para dejar algo por escrito con la mentalidad de quitarme unos cuantos pesos de encima.

Mi contexto personal no es tan distinto como el de muchos de mi edad, con una buena parte de amigos y conocidos fuera del país o en su defecto con otra parte de esa gente bajo tierra; gracias a la inseguridad en la cuna de libertadores o la misma situación laboral y creo que muchos profesionales que se han quedado en el país tienen una que otra cosa que decir sobre su vida laboral. No sé si sean todos, pero mi vida laboral ha sido un constante cambio entre empresas y algún que otro momento ejerciendo por mi cuenta.

Al menos personalmente, en ocasiones yo no quisiera tener mi título universitario, ya que, si pongo en un balance los buenos momentos, así como los malos, son los últimos que se llevan los laureles por mucho que se hable (ya no con tanta intensidad) que la cuna de libertadores anda mejorando; creo que quinientas palabras se me van a quedar cortas con todo lo referente al un tema particular y es el hecho relacionado a que ya no sé que decir en una entrevista laboral.

Claro, un empleo a distancia sería visto como una solución a todo el predicamento y así lo fue por un momento, pero lo mismo que he viví en mi último empleo (los famosos chismes de pasillo) ahora cruzan el internet y al momento cuando me siento a escribir estas palabras, todo lo referente a mi empleo actual (un empleo a distancia como analista contable), pende de un hilo y lo peor del asunto es algo en lo que ya tuve una experiencia, evitar mezclarse con todo lo referente a una empresa familiar y más cuando la familia que gerencia todo, están relacionadas contigo.

A todas estas, debo comentar que la angustia anda conmigo y simplemente no sé si mis planes de tomar una segunda arte marcial, así como los gastos familiares parecen pender de un hilo, incluso yo llegué a pensar que sería una buena idea pedir un aumento de sueldo; pero si me toca quedarme en ese extraño lugar, pues me parece una pésima idea, considerando todo lo que ha pasado en días recientes. Mi plan B es volver al mundo de las entrevistas laborales, quien sabe si las cosas podrían ponerse peor.

Pero quiero creer que no va a ser así, que podré quedarse en tan extraño situación laboral el tiempo necesario.

Entre dos aguas

Recientemente comencé a entrenar Aikido, el arte marcial japones que fue creado por el maestro Ueshiba con el fin de evitar los conflictos, al menos personalmente, creo que su principal característica es el hecho que no solo trabaja con la fuerza del oponente; el maestro fundador desarrolló el mencionado estilo con el cual su principal meta era bajar la intensidad a un conflicto. Siendo una noción que parece que es bastante complicado de entender plenamente, considero que siendo esa idea es por la cual muchos consideran que el Aikido no es legítimo y comentarios similares.

Y comenzar Aikido, estando tan cerca de mi examen para cinturón marrón en el arte marcial de Karate do es un tema que se podría tilda de arriesgado; pero son dos artes marciales que trabajan en armonía, a pesar del hecho que mis dos instructores son bastantes diferentes; pero creo firmemente que es el alumno es quien elige a quien va a ser su maestro. Lo cierto es que, si bien es un riesgo, creo que si no lo hacía en este momento ¿para cuándo lo iba a hacer?

Quizás con trescientas palabras no sean suficientes para explicar todo lo referente a esto de estar caminando entre dos estilos, tampoco creo que seré el primer practicante de Karate que decide aprender Aikido y si bien va a ser un camino que no va a ser sencillo, ya que no hay duda en el hecho que el Karate es un arte marcial dura mientras el aikido es todo lo contrario, pero es un reto; creo que no es el arte marcial sino el practicante que tiene que hacer funcionar todo lo que ha estado aprendiendo.

Considero que el asunto que comparten plenamente es la idea que los dos estilos lo que realmente desean hacer es crear una persona plenamente completa, una persona responsable y que puede resolver un conflicto sin necesidad de recurrir a la violencia.

Si van a regresar.

Si van a regresar, tienen que entender que muchas cosas han cambiado; el salón de eventos de cierto centro comercial pasó a ser una tienda de electrodomésticos y el del otro centro comercial (que parece que solo se usó una vez) yo no sé qué destino pueda tener en un futuro cercano. Tampoco creo que un evento con entrada gratuita o uno con un recinto de un hotel sea un escenario que querrán ver de frente y más ahora, con la situación que hay en la cuna de libertadores que no sabe cuándo se puede ir la luz.

Si van a regresar, posiblemente, tendrán que considerar que ha pasado mucho tiempo desde su última entrega, así que es posible que su nombre se haya metido en la lista de esas festividades frikis que se hicieron en la ciudad jardín que contados recuerdan. Ya que las convenciones tienen la misma duración que la memoria a largo plazo que tienen sus asistentes, el pasado es malo al igual que el anime que se hacía en esos momentos, lo de ahora (según ellos) es lo mejor.

Y a todas estas, lo mejor es que pueden hacer es no seguirle el juego a la insuperable, lo mejor que quitarse el lastre que se convirtió la influencia de la mencionada y por mucho que le piquen las manos por regresar ¿acaso no se fueron buscando pastos más verdes? Ya que mientras escribo esto, aún están por verse las consecuencias del jolgorio que se ha montado alrededor de la insuperable.

Se puede decir que la historia del mundillo está en un asunto que engordar todo lo referente lo que se anda cocinando no es buena idea. Y que, como en días pasados, el que sea ruidoso, es quien tendrá a la gente hablando y ¿Quién sabe? Los delirios relacionados con las mentadas ansias del regreso de una festividad friki que cumpla con las etiquetas de “nacional” y “amplia”.

Ya que para para unos cuantos que vendían sus letras por un pase de prensa, una convención que aglomere a la gente pero que siempre sea algo relacionado con su modelo de festividad friki, es el que hay que seguir. Los llamados a la unidad a la afición se hacen con la intención de buscar a aquellos que no tengan nada bueno que decir, pero así parece que es el asunto de la pluralidad de opiniones en el mundillo friki, desde aquellos días cuando la insuperable, el magno evento friki nacional y el Waterloo criollo no ha cambiado mucho; se trata aún hoy de saber quién tiene más gente en sus saraos, por mucho que luego se quejaban de su asistencia. Y cierro con las siguientes palabras, si van a regresar les tengo que decir que las siguientes cincuenta palabras (que me quedan para sacar este artículo) creo que hay mucho que decir al respecto, la evidencia parece que no la quieren ver de forma plena; vamos a ser honestos con un asunto, quizás todo el asunto de la venta de boletos no lo van a mostrar.  Si hay que poner fotos, se coloca aquellas que muestren bastante asistencia y las redes sociales tiene que seguir con el tema; pero lo cierto es que lo único que se va a mantener estable si deciden regresar es que no cuenten con mi asistencia.

Mi propuesta para una serie de anime.

En vista que la serie del hombre motosierra ha pasado a mejor vida, ya que sabemos que mucho ruido pocas nueces no es una cosa ajena en el mundillo de las series de anime, considero que tengo muchas ideas que sugerir a alguna persona relacionada con la industria de animación japonesa; quizás debería estar escribiendo las presentes palabras en inglés o en japonés para ver si capto la atención de las personas en cuestión.

Se ha estado hablando con regularidad que la industria de la animación japonesa en temas de creatividad no anda bien que se diga, de hecho es uno de esos asuntos que parece que sus defensores en este lado del mundo parecen hacerse a los oídos sordos y que tiene rato siendo mencionado por autoridades en el asunto, de hecho, es un asunto al que le dediqué su buena ración de palabras en diferentes intentos de artículos aquí en mi rincón y si bien dudo mucho que algún ejecutivo vaya a leer estas palabras; pues aquí estoy dando una propuesta a tan lamentable situación.

Si hay una constante en las series de animación (así como en el manga) es el asunto relacionado con el protagonista no es alguien precisamente querido y respetado, al punto en que se ve bastante a lo largo del género dedicado a las peleas de mil días y frases hechas como “te voy a demostrar mi verdadero poder”; desde el mono peleador hasta su más recientes derivados, el ser marginado es un asunto que parece que vamos a tener que soportar por un buen tiempo. Pero ¿Qué me dicen de usarlo de otra manera? Y aquí comienza mi propuesta.

Un grupo de personajes marginados quieren tener su oportunidad en protagonizar su propia serie de anime ¿Qué mejor forma de voltear la tortilla con la idea ya quemada? Digo, así matan dos pájaros de un solo tiro. Por un lado, crean el ya acostumbrado abanico de personajes de las series de peleas de mil días, dejando claramente sus intenciones y al mismo tiempo le dan mucho a lo que le van a dar vueltas a esa gente que se la pasa diciendo que el anime es solo algo digno para una élite intelectual de otakus.

Lo pueden poner como una especie de parodia a los espectáculos de realidad y funciona, así como todo lo referente a la presión editorial que padecen los artistas a la hora de crear sus obras. De hecho, reducir el asunto a una especie de todos contra todos lo verían unos como un simbolismo a cualquier penuria mental que tengan, digo funcionó con la serie de los noventa que no es sobre robots gigantes, pero a los que siempre se les dio un espacio muy notorio en la misma.

De hecho, pueden alargar esta idea las veces que sea necesaria, ya que se me ocurre que el ganador del mencionado concurso sangriento pierde popularidad, siempre podrá ser usado en la temporada siguiente como villano o como el típico personaje amargado que sirve como contra peso al protagonista y que eventualmente se vuelve su inseparable compañero de parrandas. Es que basta con dejar algunos asuntos vagamente expuestos y esta idea le van a sacar miles de lecturas, cosa habitual que se ve en el mundillo.

Es más, es un lienzo en blanco con respecto a los productos derivados a los que se le puede darle a esta idea, ya que sabemos que ahora el manicomio se encuentra siendo administrados por los pacientes y no se necesita mucho para alegrarlos o ponerlos a escribir, hacer videos y quien sabe cuántas cosas. La presente idea la dejo sobre la mesa, esperando todo lo referente a la convención insuperable tenga su turno para mover ficha.

El otro fracaso nacional

No solo el modelo monoproductor venezolano fracasó, de hecho no es el único que ha fracasado. De hecho, el sistema de concesión del espectro radioeléctrico en la cuna de libertadores ha demostrado ser otra de la lista (bastante larga, la verdad) de fracasos. A riesgo de equivocarme, creo que la alarma sonó cuando a alguien se le ocurrió apoyar la idea de tener un supuesto ente que te dice que cosas quitar y poner en tu radio o televisión.

Quizás, eso fue lo que pasó cuando comenzó la llegada de la caja boba a la cuna de libertadores, pero quizás la alarma sonó bastante fuerte con la salida de RCTV de los televisores de los venezolanos y todo el debate que, al sol de hoy, eso sigue levantando. Además, creo que nos olvidamos de esas otras emisoras de radio, televisión, así como periódicos que han salido de circulación en la cuna de libertadores ¿Quiénes se acuerdan de ellos?

Considero que por mucho que se hable que una emisora “del pueblo” finalmente pudo aumentar su porcentaje de audiencia ¿De qué sirve eso en un país en el cual es normal el hecho que el servicio eléctrico falla? Y dicho sea de paso, la oficina pública en la cual todos los venezolanos nos tocan ir a pagar dicho servicio, no nos van a dar una respuesta en caso que nuestros electrodomésticos se dañen por las fallas ya mencionadas.

Ni hablemos del doble discurso de la mal llamada revolución, ya que por un lado consideran que la caja boba ha estado dañando el cerebro de los habitantes de esta cosa que no es nación, pero por otro en la historia política nacional no ha habido otro gobierno más enfocado a la propaganda y al show que la revolución. Si quieres ser un referente político del partido de gobierno o su ramificación de otro color, debes asegurarte un espacio en la caja boba; ya sea en alguno de los muchos canales de televisión “del pueblo” cuya línea editorial es controlada por la inquisición, mientras que el resto de las emisoras han aplacado la voz que no quiere entona la misma nota que quiere el inquisidor.

Los referentes del periodismo nacional han cambiado, pero también cabe mencionar el hecho que ¿Qué pasó con el cine nacional? De hecho, recuerdo que hablaban bastante de apoyarlo; esa pregunta que hago es válida y creo que puedo contar con los dedos de mis manos las películas venezolanas que he visto y me han gustado. Hay  temas dentro de la cuna de libertadores, que dan para una película con algo de contenido; pero creo que ese tipo de ideas simplemente son algo incomodas para la inquisición.

Y ¿Qué pasó con las telenovelas? Son otro ejemplo de la noción que cuando el gobierno interviene en un problema de la economía o de la sociedad, pues el problema lejos de mejorar, empeora y así comienza un ciclo de intervenciones, de corrupción y de dinero perdido que no dan con la solución del problema. En el caso de esos bodrios, nunca se fueron de la pantalla nacional, sigue ahí, pero como no hay producción de nuevos engendros, los viejos son sacados de sus tumbas para agregar horas a la programación.