Su extraño Valentín, muñeca pelirroja. Episodio 1

Cuando se acercó blandiendo su navaja como demente, supe que no tenía otra opción y lo vi caer al frío suelo, como un perro y segundos después de haber disparado. Pero no solo era eso, los temblores habían regresado y recordé que me faltaba la sangre fría, ese vital elemento tan necesario para poder mantenerse en el negocio del detective privado.

—No te angusties, muchacho. Muerto el perro se acaba la rabia. Y la verdad es que tampoco era material de presidio. —fueron las palabras del jefe del precinto, el señor Joaquín mientras las patrullas anunciaban su llegada.

Aquel frío veintitrés de noviembre de dos mil novecientos cuarenta se había limpiado un poco los muelles de la ciudad, cuando un grupo de saboteadores fue desarticulado y con una baja entre los arrestados. Así que, para mí, aquella noche ya la guerra ya era un asunto al cuál tomarlo de manera personal.

—Tenían que ser bastante molestos, para que los sospechosos habituales que corren por aquí hayan querido echarnos una mano. —indicó Jacob Cohen Jr., Junior para los amigos y el segundo al mando del señor Joaquín.

—¿Quién lo diría? Patriotismo en lo peor de nuestra sociedad. Junior ¿todos los integrantes del aquelarre están listos para la cárcel? — preguntó el jefe.

—Están listos para el traslado, jefe. Fue buena idea que te hayan sacado del temprano retiro, Nick. —me indicó Junior—, quizás el apodo te queda como un guante, el hurón. Supiste como sacar de su madriguera a estos esperpentos. Jefe, le recuerdo que mi informe se va a demorar; la orquesta de jazz con la que toco hace su debut mañana.

—¿La Orquesta Paraíso va a seguir? De tal padre, tal hijo. No te preocupes, ya habrá cosas más serias y más aquí en la gran manzana. Me imagino que eres el responsable del clarinete.

—Y mi primo Abraham toca la batería. Ya sabe, el agente que no ha perdido su acento de Neo Europa Oriental y habla en Yiddish cuando se queda sin palabras.

Nick Foster, el hurón, había regresado aquella noche; pero al costo de dispararle a quien consideré un amigo a pesar del poco tiempo que lo llevaba conociendo ¿Se lo merecía? Era una pregunta que me estuvo carcomiendo la cabeza incluso mucho tiempo después de aquellos hechos; pero tratando de hacer algo de paz conmigo mismo digo que sí.

Pero no por razones vinculadas al patriotismo o mi deber moral, se lo merecía por ser un completo cobarde, por haber maltratado a Roxana. Era ese extraño tipo de traidores a la nación cuya defunción apenas si fuese mencionada por los medios de comunicación.

Parte 2

Y ¿cómo me vi involucrado en todo aquello? Muchos meses atrás, exactamente en marzo, trabajaba en la ferretería de mi abuelo Efraín y parecía que iba a ser un sábado como cualquier otro; es decir, con bajas ventas y mucho aburrimiento. —Buenas tardes…oh, es usted señor Joaquín. —escuché a mi abuelo decir, cuando el cascabel de la puerta sonó. —¿Qué lo trae por aquí?

—Buenas tardes, señor Efraín. He venido a hablar con su nieto.

—¿Cómo está señor Joaquín? ¿Problemas para entender a los cripto activos?

—No, muchacho. Vengo por un asunto un poco más serio, uno que sería mejor hablarlo en privado. —“así será de grave el asunto” pensé y no era el único, ya que mi abuelo comprendió todo y en pocas palabras. Minutos después, subimos a la oficina del contador la cual era el lugar donde se podía hablar de asuntos importantes.

—No hay café, señor Joaquín; así que iré al grano ¿Qué clase de tema quiere hablar conmigo? Le puedo ofrecer agua.

—Yo también me dejaré de rodeos, muchacho. Hay un imbécil que corteja a mi hijastra y quiero que lo investigues; habrá algo más que una buena paga en medio de todos los problemas. Adicional a eso, te vas a encargar de confirmar mis temores. Y con agua será más que suficiente.

—Sabe muy bien que me retiré como detective privado, señor Joaquín. Además, estoy seguro de que cualquiera de sus muchachos uniformados podrá encargarse de eso y mucho mejor que yo ¿no lo cree? Voy a servirle un poco de agua, entonces.

—Lamento diferir en eso, muchacho. Esto no se trata de un mujeriego cualquiera, ni de un contrabandista, ya que es un tema bastante más serio; ve estas fotos para que te des una idea. —Y le di la razón, allí estaba él, compartiendo con personas no muy agradables. Simpatizantes de los pardos que (hasta no hacía mucho) se les había visto haciendo de las suyas en Times Square.

Durante unos cuantos segundos reinó un silencio, pero fue un asunto breve ya que fue roto con una intervención del viejo amigo de mi abuelo y uno de nuestros particulares vecinos. —Entonces ¿es suficiente eso para sacarte de ese retiro, muchacho? O ¿quizás te está matando la curiosidad conocer la cifra de tus honorarios?

—Deme un acercamiento a la cifra, debo comentarle que todo esto ha despertado mi curiosidad. Voy a necesitar un poco más de información, en concreto sobre el don Juan Tenorio, señor Joaquín.

—Le diré a Jacob que se ponga con ese tema.

Parte 3

A los pocos minutos, me hicieron llegar el archivo en cuestión, no podía esperar mucho del galán, pero ¿Quién podía darme un poco más de información que necesitaba? Por mi cabeza pasó el nombre del gordo Dany; un cronista de blog que anhelaba codearse con sus colegas en Columbus Circo, pero debía conformarse con deambular por el barrio de Brooklyn y sus bares.

—¿Así que saliste del retiro, Nick? Debe ser por algo serio y más para que vengas a pedirme un poco de orientación ¿beberás algo?

—Tampoco es para tanto, Dany. Si invitas, no me quedará de otra que aceptar y veo que no te ha afectado la economía por lo que noto y me toca ir al grano ¿Qué sabes de Alfonso Hart?

Dany tragó fuerte y el único ojo que le funcionaba delató algo, lo confirmé con la respuesta que me dio.

—Un guitarrista de una prometedora banda de jazz, un tipo al que le he ocultado unos cuantos asuntos. Me parece que está un poco descarriado estos días ¿sabes? Con tal que no esté metido en problemas, lo agradeceré.

—Lamento decirte que puede estar cerca de unos cuantos y del tipo serio, gracias por la bebida, Dany. Considerando su perfil, pues parece que es lo único que sabe hacer; tenía tiempo sin beber brandy y ¿se puede saber que le escondiste?

Dany metió su mano en el tazón repleto de maní y los devoró con locura, un espectáculo grotesco de ver ya que aquello pertenecía más ser parte de una escena de una película de terror que un acto del autonombrado “crítico de cine y jazz callejero”.  Hasta los animales del zoológico tenían mejor etiqueta que él.

—¿Cuánto hay para eso, Nick? Te haré una rebaja por esta esta ocasión, ya que debes estar corto de dinero. Necesito una nueva cámara fotográfica y vi una a buen precio; esta es la cifra, viejo amigo.

Era una cifra de un dígito, considerable para ser honesto. Pero nada que con algo de esfuerzo se fuese a recuperar.

—Un matrimonio tormentoso que terminó con una orden de alejamiento. Al parecer se quiere vender como un don Juan, parece que su ex no es la única que lo quiere recibir con un objeto contundente en las manos. Esas amistades tuyas te van a pasar factura, Dany; y como conexión contigo, un trago amargo con Estudio Capital.

—Lo dice el detective privado que se ganó el desprecio de algunos taxistas, obreros de construcción y hasta mesoneros. Pero dime una cosa ¿puedes nombrar a alguien que no haya tenido un problema con esos engreídos?

Parte 4

Terminada la reunión, hice un viaje en metro con rumbo a mi hogar. Mi pistola “Teresa” viajaba conmigo, pero seguramente no era la única arma que viajaba en ese vagón; Roxana se encontraba entre los pasajeros y se acercó a mí.

—Hola Nick ¿estabas haciendo una entrega? Es admirable que el negocio de tu familia siga estable. Al menos, eso creo y más en estos días.

—Estaba trabajando, para ser honesto, en algo no relacionado con mi familia. Pero ¿Qué me cuentas tú? Un poco de trabajo de campo era lo que necesitaba.

—Ya veo, pues tuve que cerrar mi consultorio de psicología y doy clases de eso; como adicional, pues tengo un ingreso extra como peluquera. Lo malo es que los clientes que quieren ese servicio lo quieren en la privacidad de su hogar.

Roxana hacía mejor que yo esto de esconder ese sentimiento de estar incomoda y la comprendía plenamente, a pesar del hecho que le gustaba esto de hablar con la gente que conocía, al menos eso me había dicho hacía algún tiempo. Había pasado unos años desde que lo nuestro pasó a mejor vida con la consecuencia, poner en jaque ciertas cosas entre nosotros.

—¿Estas saliendo con alguien, Nick?

—No, considerando cierta situación personal, pues ese tema está cerrado. Y ¿Qué hay de ti? En unas paradas más y nos bajamos.

—Pues, sí. Aunque, esto es difícil para mí…de seguro Joaquín quiere que lo investigues ¿me vas a creer si te digo que es una buena persona? Esos dos tienen muchas diferencias, aunque tampoco es para que estén peleando todo el tiempo. Cuando hables con él, te vas a dar cuenta.

A la madre de Roxana se le ocurrió contraer segundas nupcias con el señor Joaquín y creo que todo el asunto de no estar de acuerdo con esa unión estaba llegando con demora. Más sabiendo que el policía apodado como “el león negro” se llevaba bien con su hijastra, así como el hecho que no era algo que pudiera hacer Roxana; pero los anhelos del corazón son extraños y te llevan a pensar que puedes enmendar a alguien que no quiere ser reparado.

Pero su petición me estuvo taladrando los oídos lo que quedaba de trayecto. A pesar del hecho que habíamos cambiado de tema muchas estaciones atrás y si había algo en lo que se destacaba mi vecina era meterle ideas en la cabeza a la gente; puedo decirlo con propiedad, ya que siempre fui su conejillo de Indias y algo me estaba gritando que toda esa situación iba a torcerse de un momento a otro, en especial entre ella y yo.

Sobre el mundillo y blogs.

Debería estar escribiendo las presentes palabras en el sección correspondiente, pero creo que el asunto de los blogs y su repercusión en el mundillo friki criollo es un asunto que creo que da mucho juego para dedicarle a unas cuantas entradas; considero que esa etapa quedó en el pasado, ya que hoy muchos de esos rincones del internet no son otra cosa que extrañas islas en la red de redes que tienen mucho tiempo que no tienen algo nuevo que comentar y que por extraño que hoy se lea, en el pasado esas palabras podían poner en entre dicho no solo a las festividades frikis e incluso llegando a los grupos.

Desde la inquisición, pasando por sus ahijados llegando hasta a un rincón del que fuese uno de los militantes de cierto grupo capitalino y me atrevo a agregar al que se denominó como la némesis de la inquisición fueron un pequeño grupo de blogs que sirvieron para marcar los pasos del mundillo friki de capital; pero dejo de lado ese rincón de la cuna de libertadores, en la ciudad jardín había que andarse con mucha cautela, ya que los organizadores del magno evento del mundillo tenían una fortaleza por estos rumbos y no iban a permitir que cualquiera le rompiera su fiesta.

Sin importar la urbe en la que vivía los responsables de algunos blogs, muchos tenían una agenda debajo del brazo y la disfrazaron de imparcialidad, otros querían apagar las pequeñas flamas que se estaban encendiendo, ya que había que mantener el relato y si para eso había que tildar a unos de tal cosa o que lo mejor era ir a tirarle piedras a su tejado ¿Dudaron en hacerlo? No, en sus ocurrencias pensaron que silenciar un blog era tan fácil como lo hacían en sus respectivos foros y que lo mejor era buscar otros caminos para el asunto, aun sabiendo muy en el fondo que había coincidencias.

Para buscar información sobre lo que estaba pasando en algún grupo, lo más probable era que te podías enterar de esos hechos por un blog; quizás nunca se va a saber plenamente sobre como fueron esos últimos días dentro del famoso grupo Capital Otaku, solo por dar un ejemplo. Hoy muchos de esos rincones de internet no siguen activos como dije anteriormente y eso en el mejor de los casos, hay otros que fueron borrados y no se sabrá las razones. Ciertamente, esos blogs hoy dejados y olvidados son un recuerdo de una época del mundillo nacional, independientemente de la ubicación dentro de Venezuela.

Me quedan alrededor de unas setenta y cinco palabras para darle cierre a esta entrada, el mundillo ahora anda callado y con una generación totalmente diferente a la que conocí, los blogs apenas tienen relevancia sin distinción de los temas que traten, todo el asunto de escribir en la cuna de libertadores parece que no es prioridad o si se hace, se debe hacer como se hacía en antaño; se debe escribir algo que le cause alegría al que se atribuye como la máxima autoridad en esos recodos.

El peso de la opinión.

Mientras escribo las presentes palabras, estoy escuchando de fondo a unos comentaristas políticos y me anda dando vueltas en la cabeza un asunto que debería estar haciendo a pesar del hecho que no debería ser el único que se metió en ese tema que no viene al caso. Así que creo que me toca comentar unas cuantas cosas acerca del asunto de las opiniones y el peso que están generan no solo para la persona que la emite y todo lo que eso trae; pero no todo es un comunicado, la verdad sea dicha y creo que si hay un hecho del mundillo friki que trae más luz sobre el tema al que quiero traer en esta oportunidad.

En su momento, un cronista de blog de la capital fue agredido por estar en el lugar en donde se estaba llevando a cabo una de las tantas entregas del Waterloo criollo, según esta persona si bien se encontraba en mal momento y en mal lugar, según su testimonio fue que le tocó pasar un mal rato por algunas personas cercanas al mentado organizador y sus cercanos. Ciertamente, no era la primera vez que esas dos personas no estaban en los mejores términos; si mi memoria no me falla ese cronista formó parte de la lista de personas que no iban a ser bienvenidas en el ya mencionado sarao.

Las opiniones son una cosa seria, de hecho, insisto en lo siguiente. Si la opinión de una persona te parece irrelevante pues haz todo lo necesario para que se mantenga así, ya que, si hay insistencia en darle silencio a esa opinión, creo que la misma hizo lo pertinente y es que agitó las bases; la tendencia se puede reducir a tomar esa opinión para mejorar lo que se hace o considerarlo como un ataque. Ese eje no se ha cambiado mucho, lo cierto es que ahora el ataque directo buscando el silencio de esa persona ha cambiado, la penalización por las redes sociales resulta una opción mejor.

El mundillo friki venezolano tuvo una marcada alergia a las opiniones de terceros, se hacía evidente en determinados foros virtuales y fuera de ellos, los argumentos recurrentes eran del estilo “si no haces eventos no puedes opinar sobre el mío” ya fuese dentro del valle de Caracas, así como fuera del mismo. Las redes sociales acortaron un poco el asunto, aunque ¿Cambiaron los argumentos? Quiero creer que mucha de la gente que no estaba muy convencida de ir a un evento y que sabiendo que sus opiniones no iban a traerle otra cosa que dolores de cabeza lo mejor que le pasa por la cabeza es simplemente no ir.

Pero no dejo de preguntarme ¿La nueva generación opina? Capaz lo hace, pero ya no recurriendo a un escrito o a un video, quizás lo hagan con el comentario que va directamente a alguien más afín o lo suelta cual bomba en algún grupo de las aplicaciones donde se llevan conversaciones masivas. Creo que esa gente tiene más miedo en que le hagan un bloqueo por alguna red social a que le prohíban la entrada a uno de los saraos.